Llega el invierno y los alrededores de Girona se transforman con las explosiones de colores y la caída de las hojas. Naranjas, amarillos, ocres… la gran variedad de bosques y paisajes se tiñen de espectaculares coloraciones, ideales para pasear o tomar fotos. Hoy te traemos algunos de los pueblos más bonitos cerca de Girona.
Banyoles
Empezamos las recomendaciones de pueblos con encanto cerca de Girona con uno de los más icónicos: Banyoles. A media hora en coche, Banyoles es un pueblo tranquilo, famoso por su precioso estanque: sus 6 quilómetros de perímetro son ideales para pasear, dar una vuelta en bicicleta o simplemente sentarse en una de las incontables zonas verdes a admirar la belleza del lugar. Pájaros, peces y anfibios hacen aún más idílico el lugar. Si la orilla más alejada del estanque de Banyoles es ideal para relajarse rodeado de naturaleza, la orilla más cercana al pueblo es perfecta para descansar y tomar algo en las concurridas terrazas. Admirar la puesta de sol desde una de sus mesas es de esas imágenes que quedan en la retina para siempre. También es un lugar de peregrinación para los aficionados a la fotografía paisajística: la variedad de animales y de flora hacen de Banyoles un filón de imágenes inolvidables.
Besalú
Besalú es un pueblo medieval que seguramente te resultará familiar cuando lo visites por primera vez. Su puente es una de las fotografías más captadas por fotógrafos y las calles del pueblo han aparecido en múltiples producciones audiovisuales (escenas de la película El perfume o de la serie WestWorld han sido grabados allí). El puente, construido en el siglo XII, tiene 150 metros de largo y es una de las mejores entradas a un centro histórico: solo cruzarlo te encuentras con un entramado de callejuelas empedradas de la antigua judería o Call. La comunidad judía se estableció en el siglo IX y convivió con la cristiana hasta que fueron expulsados en el XV por orden de los Reyes Católicos. Junto con la de Girona, la de Besalú fue una de las juderías más importantes de Europa. Por eso el legado arquitectónico es muy importante y puedes encontrar edificaciones como la mikvé, unos baños públicos del siglo XII y que se encuentran bajo los restos de la antigua sinagoga (si quieres visitarlo debes contactar con la oficina de turismo).
Castellfollit de la Roca
Uno de los pueblos más pequeños de la zona pero de gran valor paisajístico. Sus casas colgadas literalmente de un risco son una atracción digna de visita. Este riscal basáltico de origen volcánico y de cerca de sesenta metros de altura por casi un kilómetro de largo, ha sido erosionado a lo largo del tiempo por las aguas de los ríos Fluviá y Toronell. En el camino que va desde el casco antiguo hasta el mirador del risco encontramos un pequeño puente metálico. En el casco antiguo destaca la iglesia vieja de Sant Salvador, la nueva (que se construyó cuando la vieja quedó abandonada) o la Torre del reloj.
Rupit i Pruit
Situado en medio del macizo del Collsacabra, Rupit i Pruit es un pueblecito de una belleza cautivadora. Sus recónditas calles, las casas rústicas de los siglos XVI y XVII, el incomparable entorno o el peculiar puente colgante de madera hacen de Rupit i Pruit de visita obligada. Además, si te gusta hacer excursiones por la naturaleza, las rutas son infinitas. El risco de l’Agullola o el Salt del Sallent son algunos de los lugares más bellos del lugar pero también los más visitados. No obstante, el entorno de Rupit i Pruit es tan exuberante que no faltan los recorridos alternativos.
La Fageda d’en Jordà, Santa Pau
Una de las joyas de la corona de la comarca de la Garrotxa. Cerca de Olot encontramos este bosque de hayas que en otoño se tiñe de colores. Pasear por sus caminos es perderse en un paisaje de ensueño donde no existe el tiempo y todo fluye a una velocidad más calmada. Este bosque de hayas ha crecido sobre la colada de lava del volcán del Croscat, un lugar llano con colinas suaves. Está rodeado por múltiples volcanes inactivos y el bosque se puede visitar a pie o en carruajes de caballos. Todas estas características han hecho del lugar un lugar de peregrinación e inspiración de pintores, poetas y otros artistas. Uno de los más famosos fue Joan Maragall, el poeta catalán, que le dedicó un poema y del que podemos encontrar su monumento en la Fageda.
Si eres de los que disfruta en medio de la naturaleza o conociendo lugares recónditos, estos pueblos te ayudarán a comprender mejor la esencia de Girona y los alrededores. Pasear por sus calles o caminos es conocer la historia y tradición del lugar.